El ministro del Interior de Alemania, Alexander Dobrindt, presentó este domingo (18.05.2025) la nueva política migratoria del país durante una visita al paso fronterizo con Austria, en la localidad bávara de Kiefersfelden.
Este apacible pueblo alpino, conocido como destino turístico, se convirtió en el escenario elegido por Dobrindt para marcar el nuevo rumbo de Alemania en materia migratoria. Acompañado por el ministro presidente de Baviera, Markus Söder, y el jefe de la Policía Federal, Dieter Romann, el ministro aseguró que los controles fronterizos se han intensificado no solo en Baviera, sino en todo el país desde hace una semana.
Cambio de enfoque
El nuevo gobierno, encabezado por el canciller Friedrich Merz (CDU), había prometido durante la campaña una línea más estricta frente a la inmigración ilegal. Ahora, esa promesa comienza a materializarse: a diferencia del pasado, los solicitantes de asilo serán devueltos directamente en la frontera, salvo casos excepcionales, como mujeres embarazadas o menores de edad.
«Queremos enviar un mensaje claro a quienes lucran con el sufrimiento ajeno mediante el tráfico de personas: estamos haciendo todo lo posible para detener estas actividades delictivas», afirmó Dobrindt, bajo una intensa lluvia, frente a agentes de frontera.
Según cifras presentadas por el ministro, desde la asunción del nuevo Ejecutivo se han frustrado 739 intentos de ingreso ilegal, un aumento del 45 % respecto a la semana anterior. Esto ha sido posible gracias al despliegue de 3.000 agentes adicionales de la Policía Federal, que ahora suma un total de 14.000 efectivos en las fronteras.
Un giro respecto al pasado
Dobrindt no ocultó su satisfacción con el operativo, y aprovechó para agradecer directamente a los agentes, destacando su dedicación con turnos que, en muchos casos, alcanzan las 12 horas diarias. También aludió, de forma indirecta, a la política migratoria de la excanciller Angela Merkel, cuyo enfoque de “puertas abiertas” permitió el ingreso de cientos de miles de refugiados entre 2015 y 2016, en su mayoría procedentes de Siria, Afganistán y varios países africanos.
La nueva postura marca un claro viraje. Aunque el canciller Merz ha afirmado recientemente que “Alemania sigue siendo un país de inmigración”, Dobrindt fue enfático en que la nueva política se basa en una fórmula de “humanidad y orden”, con el énfasis puesto en el orden. Para ello, se incrementará el uso de tecnología como drones, cámaras térmicas y helicópteros.
Fricciones europeas
El endurecimiento de la política migratoria alemana ha generado tensiones en el seno de la Unión Europea. Durante su reciente visita a Varsovia, el canciller Merz fue informado por el primer ministro polaco, Donald Tusk, de que Polonia no aceptará refugiados expulsados desde Alemania. “AfD es su problema, señor canciller”, le dijo Tusk, en alusión al ascenso del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que ha capitalizado el descontento popular con la inmigración.
Merz respondió con diplomacia: “Queremos seguir desarrollando conjuntamente una política europea de inmigración y asilo, e implementaremos los controles fronterizos de forma compatible con nuestros socios europeos”.
En 2024, Alemania recibió 229.751 solicitudes de asilo, muy por debajo del millón registrado en 2015, pero aún lejos del objetivo electoral de Merz, quien prometió reducir esa cifra a 100.000 por año.
(Con información de DPA, AFP, EFE)