La administración de Donald Trump solicitó este jueves a la Corte Suprema de EE. UU. que autorice un recorte del 40 % (18.000 millones de dólares) al presupuesto de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), principal financiador mundial de investigación biomédica.

Estos recortes forman parte de una agenda conservadora más amplia que incluye la eliminación de programas de diversidad, equidad e inclusión, despidos masivos en agencias federales y el desmantelamiento del Departamento de Educación.

El presidente justifica la medida alegando que las políticas de contratación de los NIH contradicen sus prioridades ideológicas. Sin embargo, un fallo del juez federal William Young en junio bloqueó la medida por considerarla arbitraria y contraria a la ley, ordenando restituir el financiamiento a las instituciones afectadas.

El Departamento de Justicia apeló ante la Corte Suprema, argumentando que la orden judicial obliga a seguir financiando subvenciones por 783 millones de dólares que, según el Gobierno, no se alinean con su política.

Debate político y consecuencias médicas

Los recortes han sido calificados como una “purga ideológica” por científicos, asociaciones médicas y 16 estados (liderados por Massachusetts), que demandaron al Gobierno alegando que la politización de la ciencia perjudica la salud pública mundial.

Por su parte, la Oficina de Presupuesto del Congreso advirtió que los recortes a la investigación preclínica podrían traducirse en menos medicamentos en el mercado en el largo plazo: hasta 30 fármacos menos en tres décadas.

La Corte Suprema, de mayoría conservadora (6-3), ha fallado en su mayoría a favor de Trump desde su regreso al poder en enero de 2025.

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