Pese a la tregua anunciada el sábado 10 de mayo, India y Pakistán volvieron a cruzar acusaciones mutuas por supuestas violaciones al cese al fuego. Nueva Delhi denunció este domingo que Islamabad ha incumplido en varias ocasiones el acuerdo alcanzado tras días de intensos combates, asegurando que su ejército respondió “de manera adecuada”. Pakistán, por su parte, lanzó acusaciones similares contra su vecino, lo que refleja la fragilidad del acuerdo impulsado por Estados Unidos.
Las tensiones se reactivaron apenas unas horas después del anuncio de la tregua. Durante la noche, se registraron nuevos enfrentamientos en la disputada región de Cachemira, con reportes de disparos y misiles. En Srinagar, principal ciudad del lado indio, se escucharon potentes explosiones, según testigos citados por la agencia AFP. También se activaron sistemas de defensa antiaérea, indicaron las mismas fuentes.
“El alto el fuego ha sido violado repetidamente en las últimas horas”, declaró el secretario del Ministerio de Asuntos Exteriores de la India, Vikram Misri, quien añadió que las fuerzas armadas “han respondido con firmeza”. Misri también llamó a Pakistán a “actuar con responsabilidad y tomar medidas serias para evitar una escalada”.
Desde Islamabad, las autoridades acusaron a India de violar el alto el fuego y reafirmaron su compromiso con el acuerdo.
Divergencias con Estados Unidos
El sábado por la tarde, el presidente estadounidense Donald Trump anunció en su red Truth Social que ambas naciones habían acordado un alto el fuego “total e inmediato”, tras una noche de negociaciones mediadas por Washington. Poco después, India y Pakistán confirmaron la tregua, aunque India rechazó públicamente la afirmación del secretario de Estado Marco Rubio sobre un supuesto acuerdo para iniciar un diálogo en territorio neutral.
Un conflicto histórico que se renueva
La reciente escalada se desató tras el ataque con misiles lanzado por India el pasado miércoles contra territorio paquistaní, en represalia por el atentado del 22 de abril en la ciudad india de Pahalgam, Cachemira, donde murieron 26 personas. Nueva Delhi responsabiliza a un grupo yihadista presuntamente respaldado por Pakistán, aunque no ha presentado pruebas públicas. Islamabad ha negado toda implicación y propuso una investigación conjunta, que India rechazó.
El atentado agudizó las tensiones en la región de Cachemira. El turismo colapsó, los hoteles cerraron, y las fuerzas de seguridad indias arrestaron a cientos de personas, además de demoler al menos diez viviendas de sospechosos vinculados al ataque.
Este nuevo episodio violento representa la cuarta gran confrontación entre India y Pakistán desde la partición de 1947. A diferencia de los tres conflictos anteriores, todos con clara ventaja para India, en esta ocasión no hay un vencedor evidente.
El último enfrentamiento importante tuvo lugar en 2019, cuando India bombardeó posiciones del grupo Jaish-e-Mohammed en Balakot, doce días después de un atentado suicida que dejó 40 soldados indios muertos. Fue la incursión aérea más profunda en Pakistán desde la guerra de 1971. Las hostilidades se extendieron durante dos años, hasta que en febrero de 2021 se firmó un acuerdo de alto el fuego.
Escalada militar
Ambos países han reforzado significativamente sus capacidades aéreas en los últimos seis años. India ha incorporado cazas Rafale con misiles de largo alcance, capaces de atacar sin cruzar la frontera. Pakistán, por su parte, ha reemplazado su flota de Mirages por modernos aviones de combate chinos.
Con AFP y EFE.