El presidente Donald Trump calificó los minerales críticos como una “prioridad estratégica” durante una reunión en la Casa Blanca con los líderes de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. El encuentro, parte del foro C5+1, refuerza los esfuerzos de Washington por diversificar sus cadenas de suministro frente a Rusia y China.
Trump destacó que su gobierno fortalece la seguridad económica del país “forjando acuerdos con aliados y amigos de todo el mundo” para garantizar el acceso a recursos esenciales para las industrias tecnológica, energética y militar.
Asia Central, rica en uranio, cobre, oro y tierras raras, es escenario de una creciente competencia geopolítica. Washington busca consolidar nuevas alianzas para asegurar el abastecimiento de minerales, energía y rutas comerciales independientes de Moscú y Pekín.
El presidente kazajo Kassym-Jomart Tokayev calificó el encuentro como “el inicio de una nueva era” y anunció la adhesión de su país a los Acuerdos de Abraham. Su homólogo uzbeko, Shavkat Mirziyoyev, elogió a Trump y reveló inversiones por más de 100.000 millones de dólares en EE. UU. durante la próxima década.
En el marco del foro, se anunciaron nuevos acuerdos comerciales, incluida la venta de 37 aviones Boeing y proyectos mineros liderados por la estadounidense Cove Capital en Kazajistán.
Según Gracelin Baskaran, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, la estrategia de Washington “combina diplomacia y negocios” para contrarrestar la influencia rusa y china. La cumbre consolida así un nuevo eje de cooperación económica entre EE. UU. y Asia Central centrado en los minerales críticos.
