La movilización del sábado 27 de septiembre, convocada por la llamada Generación Z junto a transportistas y colectivos sociales, comenzó en la avenida Abancay frente al Congreso y culminó en la Plaza San Martín. Lo que inició como una marcha pacífica contra el Gobierno de Dina Boluarte terminó en enfrentamientos con la Policía, uso de gases lacrimógenos y graves daños al orden público en el corazón de la capital.
Choques en Abancay
La tensión estalló cuando un grupo de manifestantes derribó las rejas de seguridad colocadas alrededor del Palacio Legislativo. En respuesta, la Policía Nacional dispersó a los asistentes con bombas lacrimógenas y el uso de varas. Varios ciudadanos denunciaron haber sido golpeados durante el operativo, mientras los gases obligaron a retroceder a la multitud hacia el Parque Universitario, donde se registraron nuevos choques y la quema de tachos de basura.
Del Parque Universitario a la Plaza San Martín
La marcha continuó por distintas calles del Centro Histórico hasta la Plaza San Martín, habitual punto de concentración de protestas en Lima. A lo largo del trayecto se produjeron enfrentamientos aislados, interrupción del tránsito y cierre preventivo de comercios para evitar saqueos o daños. Cordones policiales se desplegaron en las principales intersecciones para contener a los manifestantes.
Testimonios de represión
En la Plaza San Martín se vivieron los momentos más críticos. Testigos denunciaron que los agentes no solo lanzaron bombas lacrimógenas desde el suelo, sino también desde edificios aledaños, generando escenas de pánico. Entre los afectados se reportó a personas de la tercera edad y a una comerciante con discapacidad, quien aseguró haber sido gaseada junto a su mascota. Manifestantes y vecinos coincidieron en señalar un uso desproporcionado de la fuerza por parte de la Policía.
Destrozos y tensión en el Centro Histórico
La jornada dejó a su paso macetas destruidas, barricadas improvisadas, quema de objetos y escombros en las calles de la Plaza San Martín. Brigadas municipales debieron desplegarse al amanecer para limpiar la zona. Vecinos denunciaron que los gases lacrimógenos ingresaron a viviendas y negocios, mientras el tránsito vehicular se restablecía con dificultad.
Los organizadores de la protesta advirtieron que esta movilización forma parte de una serie de acciones que podrían continuar en los próximos días, lo que mantiene en alerta a las autoridades y a la población del Centro Histórico.