A cuatro días de que entre en vigor un arancel del 50 % sobre las importaciones brasileñas en Estados Unidos, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió este lunes (28.07.2025) a su homólogo estadounidense, Donald Trump, que reflexione y acepte sentarse a negociar para evitar una escalada comercial.
“Espero que Trump reflexione sobre la importancia de Brasil y se siente a negociar”, declaró Lula durante un acto en el estado de Río de Janeiro. El mandatario recordó que ha tratado con varios presidentes estadounidenses en el pasado «sin mayores problemas», y recalcó su disposición al diálogo: “No tengo pereza para conversar con nadie”.
El nuevo arancel fue anunciado por Trump bajo la condición de que Brasil detenga los procesos judiciales contra el expresidente Jair Bolsonaro, investigado por intento de golpe de Estado. Sin embargo, el Gobierno brasileño ha rechazado tajantemente condicionar decisiones judiciales a presiones comerciales, argumentando que la Justicia actúa con independencia y que no negociará sobre asuntos de soberanía.
Brasil ha solicitado abrir canales formales de diálogo para resolver la disputa, pero hasta ahora no ha recibido respuesta oficial de Washington.
Lula responsabiliza a Eduardo Bolsonaro
Lula atribuyó la sanción comercial a maniobras del diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, quien habría gestionado ante el gobierno de Trump una presión directa para frenar los juicios contra su padre. El mandatario calificó estas gestiones como un acto de traición y lamentó que se usen los intereses nacionales como moneda de cambio en una disputa personal.
“El pueblo brasileño no merece pagar por los errores de alguien que, en campaña, se envolvía en la bandera nacional, pero hoy muestra más lealtad a Estados Unidos que a Brasil”, afirmó.
Tierras raras, otro punto de fricción
Lula también se refirió a reportes sobre una supuesta propuesta estadounidense para reducir los aranceles si Brasil accede a ceder parte de sus reservas de tierras raras. Dijo haberse enterado de esta intención por la prensa y dejó clara su oposición.
“Si son tan importantes, los vamos a aprovechar nosotros. No voy a permitir que otros se los lleven”, advirtió.
El presidente detalló que su gobierno ha creado una asociación público-privada para realizar un inventario nacional de los recursos minerales —de los cuales solo se conoce un 30 %—, pero subrayó que las empresas no están autorizadas a vender los minerales ni mucho menos las tierras que exploran: “Son propiedad del pueblo brasileño”.
(Con información de EFE y Globo)