El nombramiento del Ingeniero Romul Mucho como Ministro de Energía y Minas ha generado una considerable controversia en el país. A pesar de sus destacados antecedentes, como el hecho de haber obtenido múltiples logros a una edad temprana, lo cual era desconocido para muchos peruanos, surgen cuestionamientos sobre su idoneidad para dirigir tan importante cartera.
Recientemente, el Ministro de Economía y Finanzas, el señor Arista, reveló una serie de irregularidades en la empresa estatal PETROPERU, destacando beneficios excesivos y hasta escandalosos otorgados a los trabajadores. Por ejemplo, se descubrió que algunos empleados recibían beneficios educativos para sus hijos hasta los 29 años, lo cual plantea serias dudas sobre la gestión interna de la empresa. Es necesario investigar a fondo cuándo y cómo se acordaron estos términos, ya que parecen ser demandas desproporcionadas por parte del sindicato.
Además, PETROPERU registra pérdidas año tras año, una situación que se remonta al gobierno de Humala, cuando el entonces Ministro de Energía, el señor Campodinco, intentó revitalizar la empresa. Ante este panorama desafiante, resulta preocupante que el señor Arista haya garantizado un préstamo de US $4,300 millones, especialmente considerando que el Perú no es un productor de petróleo de gran relevancia en comparación con otros países de la región.
En cuanto al Ministro Romulo Mucho, a pesar de su reputación en el sector, no ha sido capaz de detectar estas problemáticas, lo que genera desilusión en la ciudadanía respecto a la integridad y el criterio de los funcionarios públicos. Por otro lado, se ha revelado que Mucho contrató a una persona sin experiencia en temas mineros y energéticos por un salario mensual considerablemente elevado, lo cual levanta serias interrogantes sobre los criterios de selección y la transparencia en la administración pública.
Es lamentable que en el Perú se asignen cargos de importancia a individuos que carecen de la preparación adecuada y que, aparentemente, solo buscan beneficiarse a sí mismos en lugar de servir al Estado y a la nación en su conjunto. Esta situación refleja la urgente necesidad de implementar mecanismos más rigurosos de selección y control en el ámbito gubernamental para garantizar una gestión pública ética y eficiente.