El presidente ucraniano Volodímir Zelenski cerró una intensa gira europea con reuniones en Estocolmo, Bruselas y Londres, que dejaron nuevas promesas de apoyo militar y sanciones adicionales contra Moscú, aunque sin avances en el uso de los activos rusos congelados ni en un eventual diálogo de paz.
Desde el 22 de octubre, Zelenski buscó reforzar la defensa aérea, ampliar la presión económica sobre Rusia y asegurar fondos para la reconstrucción de Ucrania.
Estocolmo: sanciones y aviones Gripen
En Suecia, el mandatario pidió sanciones más duras al sector energético ruso y más armamento de largo alcance. El gobierno sueco firmó una carta de intención para vender entre 100 y 150 aviones Gripen a Ucrania, consolidando su rol como nuevo miembro de la OTAN. Ese mismo día, Donald Trump anunció sanciones a las principales petroleras rusas.
Bruselas: freno legal al uso de activos rusos
En la cumbre de la Unión Europea, el 23 de octubre, se aprobaron nuevas restricciones al gas natural licuado ruso, a bancos y a plataformas de criptomonedas. Sin embargo, Bélgica bloqueó el uso de los activos rusos congelados, por razones legales vinculadas a Euroclear, que concentra la mayoría de esos fondos.
Londres: presión por misiles y fondos
Al día siguiente, Zelenski se reunió con líderes de la “Coalición de Voluntarios”, entre ellos el británico Keir Starmer y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. El presidente ucraniano urgió a incrementar la ayuda militar tras no conseguir de EE. UU. la entrega de misiles Tomahawk.
Starmer llamó a los países europeos a “finalizar el trabajo” para utilizar los activos rusos congelados y reforzar la defensa ucraniana.
Los líderes coincidieron en ampliar sanciones al sector petrolero ruso y en crear un fondo de reparación con activos bloqueados, aunque su mecanismo sigue sin definirse. También se discutió una posible fuerza europea para proteger el espacio aéreo ucraniano, una idea aún en evaluación.
(Con información de EFE y AP)