El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó este martes (30.09.2025) la transformación de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) en Haití, liderada hasta ahora por Kenia, en una nueva Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF, por sus siglas en inglés). La resolución, impulsada por Estados Unidos y Panamá, entrará en vigor de manera inmediata.
La votación se saldó con 12 votos a favor y 3 abstenciones (China, Rusia y Pakistán). Ningún país votó en contra.
China justificó su abstención señalando que el fracaso de la MSS se debió en parte al incumplimiento de compromisos iniciales por parte de “un país importante” —en alusión a EE. UU.— y criticó que la resolución carezca de un estudio previo en terreno. Por su parte, el representante ruso, Vasili Nebenzia, advirtió que el Consejo estaba siendo “empujado una vez más a una aventura peligrosa y mal planificada”.
Una fuerza más grande, pero con dudas de financiamiento
La nueva misión contará con hasta 5.500 efectivos policiales y militares, apoyados por 50 civiles, y tendrá un mandato inicial de 12 meses. La MSS, que expiraba esta semana, había proyectado 2.500 integrantes pero apenas alcanzó 970, en su mayoría keniatas.
La GSF seguirá apoyándose en policías de Kenia y de otros países de Centroamérica y el Caribe, aunque el gran interrogante es su financiamiento. La resolución establece que los costos de personal dependerán de contribuciones voluntarias de los Estados participantes. La MSS había previsto un presupuesto de 600 millones de dólares para su primer año, pero solo logró recaudar 115 millones.
Nuevos componentes militares y críticas de ONG
Otra novedad es la inclusión de contingentes militares, algo que genera preocupación en organizaciones humanitarias, pues su entrenamiento difiere del trabajo requerido para enfrentar pandillas fuertemente arraigadas en barrios populares.
Según la ONU, las bandas controlan el 90 % de Puerto Príncipe, suman unos 5.500 integrantes y hasta la mitad de ellos serían menores de edad. La resolución advierte la necesidad de reforzar recursos, logística y equipamiento para responder a esta “expansión dramática” del crimen organizado en Haití.