La cumbre de la OTAN arrancó este martes 24 de junio en La Haya con el gasto en defensa y la guerra en Ucrania como ejes centrales del debate. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el nuevo secretario general de la Alianza, Mark Rutte, instaron a los aliados a asumir juntos el reto del rearme, mientras el presidente ucraniano Volodímir Zelenski pidió inversiones directas para fortalecer la industria de defensa de su país.
Lo esencial de la primera jornada
Trump exige más gasto militar: El mandatario estadounidense insistió en que los países miembros deben destinar hasta el 5 % de su PIB a seguridad, amenazando —como en su primer mandato— con reducir el apoyo de EE. UU. si los aliados no cumplen. España fue uno de los países criticados por su negativa a alcanzar esa meta.
Llamado a la unidad transatlántica: El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, subrayó que “Europa y Estados Unidos deben afrontar juntos el desafío del rearme”, en un contexto global cada vez más inestable.
Zelenski reclama apoyo industrial: El presidente de Ucrania, quien se reunirá con Trump durante la cumbre, pidió a los miembros de la OTAN financiar la producción de armamento en territorio ucraniano y endurecer las sanciones contra Rusia para frenar su capacidad bélica.
Frederiksen: “Las cosas son demasiado graves”: La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, defendió el nuevo objetivo del 3,5 % del PIB para gasto militar directo, señalando que “ya no es momento de debatir, sino de actuar”. Junto al presidente de Chequia y el canciller polaco, afirmó que Europa debe «ponerse en pie» ante la amenaza rusa.
Contexto de la cumbre
Los 32 países miembros de la OTAN buscan en esta reunión definir el rumbo de la mayor alianza militar del mundo, en medio de crecientes tensiones geopolíticas. El debate sobre el aumento del gasto en defensa podría reforzar la unidad transatlántica o exponer profundas diferencias internas.
La cumbre se celebra mientras continúan los ataques rusos en Ucrania, incluido un reciente bombardeo en Dnipró que dejó más de una decena de muertos y más de 150 heridos, reforzando los llamados a acelerar el rearme en Europa.