La reciente disputa legal en Estados Unidos en torno a los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump ha generado más confusión que certezas en Bruselas. Aunque por un breve instante pareció abrirse una vía de alivio para la Unión Europea, el escenario volvió rápidamente a la incertidumbre.

El pasado jueves (29.05.2025), el poco conocido Tribunal de Comercio Internacional de EE. UU., con sede en Nueva York, sorprendió al anular los aranceles generales del 10 % que Trump impuso hace dos meses a prácticamente todas las importaciones, durante lo que él denominó el “Día de la Liberación”. La corte argumentó que el presidente se había extralimitado en sus atribuciones al aplicar estas medidas de forma tan amplia y unilateral, y ordenó su suspensión inmediata.

Sin embargo, horas después, un tribunal de apelación bloqueó esa decisión y restableció temporalmente los aranceles, prolongando la batalla judicial que ahora se centra en una cuestión clave: ¿cuánta autoridad tiene el presidente sobre la política comercial frente al Congreso?

Breve alivio para la UE

La noticia inicial encendió una chispa de esperanza entre los socios comerciales de EE. UU., incluida la Unión Europea. No obstante, ese alivio duró poco. Este viernes (31.05.2025), las autoridades comunitarias se enfocaron nuevamente en las negociaciones en curso con Washington.

“Ambas partes están trabajando ahora a un ritmo acelerado con vistas a cerrar acuerdos”, declaró a DW el portavoz de la Comisión Europea, Olof Gill.

La Comisión Europea, como brazo ejecutivo de la UE, representa a los 27 Estados miembros —el mayor bloque comercial del mundo— en las negociaciones comerciales. El vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic, a cargo del área de comercio, confirmó en X que había mantenido una llamada con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, para discutir el tema:

“Hemos invertido todo nuestro tiempo y esfuerzo, ya que ofrecer soluciones con visión de futuro sigue siendo una prioridad fundamental de la UE. Mantendremos un contacto permanente”, escribió Sefcovic.

Desde abril, la mayoría de las exportaciones de bienes de la UE hacia Estados Unidos están gravadas con un arancel general del 10 %, aunque el bloque ha evitado hasta ahora sanciones más duras, como el incremento al 50 % que Trump amenazó con aplicar en julio.

Estos se suman a los aranceles del 25 % sobre el acero y el aluminio impuestos desde marzo.

Respuesta en pausa

La UE había preparado un paquete de represalias comerciales que incluía productos emblemáticos como whisky y motocicletas. Un segundo paquete también estaba listo, pero ambos se mantienen en pausa mientras continúan las conversaciones.

Tras una llamada reciente entre Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ambas partes acordaron extender la tregua arancelaria a la espera de avances diplomáticos.

Opiniones divididas en Bruselas

El presidente de la Comisión de Comercio del Parlamento Europeo, Bernd Lange, cree que el fallo judicial puede beneficiar a la UE. Según explica, los aranceles se basan en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977, un fundamento legal cuestionado por el tribunal. “La posición de la Unión también se ve reforzada porque se reduce el potencial de chantaje”, señaló Lange a DW.

Sin embargo, otros expertos no comparten su optimismo. André Sapir, economista del think tank Bruegel y exasesor de la Comisión, advierte que la situación genera aún más confusión: “Para la comunidad empresarial, uno de los peores aspectos de esta guerra comercial es la falta de claridad sobre lo que viene”, comentó.

En resumen, aunque la disputa judicial en EE. UU. podría marcar un cambio en el rumbo de los aranceles, por ahora la UE navega entre la esperanza y la incertidumbre, sin una solución clara a la vista.

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