El canciller Friedrich Merz ha creado un nuevo ministerio con un propósito claro: reducir la burocracia estatal y acelerar la digitalización de Alemania. Para liderarlo, nombró a Karsten Wildberger, un reconocido empresario que, hasta hace poco, dirigía la multinacional minorista Ceconomy. La decisión ha generado comparaciones inevitables con Elon Musk y su estilo disruptivo. ¿Estamos ante el “Elon Musk alemán”?

Incluso el propio Wildberger, de 55 años, se mostró sorprendido al ser designado como ministro del recientemente creado Ministerio de Digitalización y Modernización del Estado, una iniciativa clave del nuevo gobierno alemán. Apenas una semana antes de su nombramiento, Wildberger se había afiliado a la Unión Demócrata Cristiana (CDU).

Un empresario en el corazón del gobierno

Cinco ministerios —además de la Cancillería— cedieron competencias a esta nueva cartera, que operará desde la estructura del Ministerio de Transporte y asumirá la gestión de la infraestructura informática del Estado.

Su llegada desde el sector privado ha causado revuelo. Conocido por su enfoque en eficiencia, tecnología y modernización, muchos ven en Wildberger un paralelismo con Elon Musk, especialmente por el papel que Musk desempeña en Estados Unidos con su llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).

Niklas Potrafke, director del Centro de Finanzas Públicas y Economía Política del Instituto Ifo de Múnich, cree que ambos comparten un rasgo clave: la disrupción.

«Me refiero a hacer las cosas de forma completamente diferente, a repensar procesos obsoletos como los administrativos. Este tipo de impacto positivo es lo que podríamos aprender de figuras como Musk», explicó a DW.

Disrupción sí, pero con respeto

Eso sí, Wildberger no parece dispuesto a adoptar el estilo provocador del magnate de Tesla. «Mi objetivo es crear las condiciones óptimas para que Alemania crezca como un país digital, competitivo e innovador», declaró. Y añadió: «Eso requiere un Estado moderno, eficiente, centrado en el ciudadano, y una administración que piense y actúe digitalmente».

En declaraciones a Der Spiegel, el nuevo ministro subrayó que trabajará con “respeto, curiosidad, determinación, trabajo en equipo y un poco de tenacidad amistosa”.

Y hay otra diferencia fundamental: a diferencia de Musk, que actúa desde el sector privado, Wildberger es ahora parte oficial del Gobierno alemán.

Menos regulación, más impulso

Wildberger comparte, sin embargo, la inclinación de Musk por reducir regulaciones. Ha criticado, por ejemplo, la ley de la cadena de suministro, destinada a garantizar derechos humanos en las cadenas de producción globales, y la ley de calefacción, que obliga a adoptar sistemas más sostenibles en nuevas edificaciones. Ambas normas, en su opinión, están listas para ser eliminadas.

Pero no todo es entusiasmo. Potrafke advierte que llevar empresarios al gobierno implica riesgos:

«Podrían aplicar políticas que favorezcan a sus antiguos sectores y beneficiarse después, cuando regresen al mundo corporativo».

No obstante, Wildberger enfrentará límites claros: las estrictas regulaciones europeas en privacidad y el nuevo marco legal de la Unión Europea sobre inteligencia artificial. Además, la estructura federal de Alemania otorga a cada estado poderes importantes sobre sus servicios digitales.

Liderazgo y resultados, más allá del nombre

Lena-Sophie Müller, directora de la organización digital Iniciativa D21, advierte que el éxito de Wildberger no dependerá solo de su autoridad legal, sino de su capacidad de liderazgo:

«No basta con tener poder. Hay que formar un buen equipo y saber liderarlo».

El nombramiento sorprendió, reconoce Müller:

«En realidad, casi nadie lo conocía».

Sin embargo, el nuevo ministerio tendrá una herramienta poderosa: podrá vetar gastos tecnológicos de otros ministerios si considera que no se ajustan a la estrategia general. Aunque, en la práctica, cada cartera mantiene su autonomía.

Según Müller, el verdadero éxito se medirá en la adopción de servicios digitales por parte de la ciudadanía:

«Los servicios deben facilitar la vida diaria y fortalecer las competencias digitales. Solo así cambiará la percepción de lo público en Alemania».

Y eso sería un verdadero avance en un país donde los chistes sobre el uso del fax siguen siendo parte del debate sobre digitalización.

Por admin

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