Esta edición de Así es Asia analiza el papel de Corea del Norte en la guerra en Ucrania, que cumple tres años. El hermético país, ausente de conflictos internacionales desde Vietnam, despierta inquietud en Asia-Pacífico por una posible transferencia tecnológica que podría influir en la península coreana y Taiwán. Todo esto en medio de la inestabilidad política en Corea del Sur.
Corea del Norte ha pasado de ser un actor internacional aislado a un factor de preocupación global por su creciente implicación en la guerra en Ucrania. Según reportes, el régimen de Kim Jong-un no solo ha suministrado armamento a Rusia, sino que también ha enviado efectivos al frente de batalla. Soldados norcoreanos han sido avistados en el conflicto, donde, a pesar de demostrar habilidades de combate, son utilizados como «carne de cañón», de acuerdo con relatos de soldados ucranianos en Kursk.
Esta participación refuerza la alianza entre Moscú y Pyongyang, desafiando aún más a Occidente.
El impacto de este involucramiento se extiende más allá de Europa, avivando tensiones en Asia-Pacífico. La posible transferencia de tecnología militar norcoreana a Rusia preocupa a países como Corea del Sur y Japón, que temen que estos avances refuercen el arsenal de Pyongyang y desestabilicen la región. A esto se suma la inestabilidad política en Seúl, que podría influir en su respuesta ante una Corea del Norte cada vez más agresiva y con mayor respaldo de Moscú.
Tres años, un nuevo actor en la guerra de Ucrania
Casi tres años después del inicio de la invasión a Ucrania, el conflicto ha evolucionado con nuevas dinámicas geopolíticas que refuerzan el bloque antioccidental.
Desde la invasión rusa en febrero de 2022, Kiev ha resistido con el apoyo militar y financiero de Estados Unidos y Europa, pero la prolongación de la guerra ha llevado a Moscú a diversificar sus alianzas.
En este contexto de aislamiento y sanciones contra Rusia, Corea del Norte ha emergido como un socio clave, suministrando municiones y, según la inteligencia de Corea del Sur, Ucrania y Estados Unidos, tropas, en un movimiento que no solo refuerza la capacidad bélica rusa, sino que también posiciona a Pyongyang en un escenario de confrontación global más amplio.
El apoyo norcoreano a Rusia no solo impacta el frente de batalla en Ucrania, sino que también reconfigura el equilibrio de poder en Asia: el intercambio de conocimiento bélico, según expertos consultados para este programa, podría ampliar las tácticas y estrategias de guerra de Pyongyang y esto, a su vez, ser usado contra su vecino del sur.
Al mismo tiempo, China, que ha mantenido una postura ambigua en el conflicto ucraniano, podría verse obligada a redefinir su estrategia regional ante el fortalecimiento de la alianza entre Rusia y Corea del Norte. Con tres años de guerra en Ucrania y una creciente interconexión entre conflictos, la geopolítica mundial enfrenta un panorama cada vez más volátil.
Trump is back: ¿tiempo de un nuevo «bromance» entre Washington y Pyongyang?
Tras su regreso al poder, el presidente Donald Trump ha expresado su intención de reanudar el diálogo con el líder norcoreano Kim Jong-un, describiéndolo como «un tipo inteligente» y afirmando que planea volver a «tenderle la mano».
Durante su primer mandato, Trump y Kim sostuvieron tres cumbres históricas entre 2018 y 2019, que, aunque sin resultados concretos en la desnuclearización de Corea del Norte, marcaron un cambio significativo en las relaciones entre Washington y Pyongyang.
Desde entonces, Corea del Norte ha continuado desarrollando su programa nuclear y ha fortalecido sus lazos con Rusia, especialmente en el contexto del conflicto en Ucrania. La posibilidad de un nuevo «bromance» entre Trump y Kim genera expectativas y preocupaciones en la comunidad internacional, considerando las complejidades geopolíticas actuales y las alianzas emergentes en Asia-Pacífico.