En el contexto de una economía cada vez más digitalizada, la interoperabilidad financiera —la capacidad de que bancos, fintechs y billeteras electrónicas se conecten entre sí para realizar operaciones de manera fluida— se perfila como uno de los principales desafíos y oportunidades del sistema financiero peruano.

En los últimos años, el Perú ha visto un crecimiento acelerado de las fintechs, impulsadas por la búsqueda de servicios más ágiles, transparentes y accesibles. Sin embargo, la falta de integración entre plataformas limita el verdadero alcance de la inclusión financiera.

“La interoperabilidad es el siguiente gran paso que debe dar el ecosistema financiero peruano. No se trata solo de tecnología, sino de generar un sistema donde los usuarios puedan mover su dinero de forma rápida, segura y sin fricciones entre distintas instituciones”, explica Mateu Batle, CEO y cofundador de Rextie, la fintech peruana especializada en cambio de divisas digitales.

Según el ejecutivo, un sistema interoperable permitiría reducir costos operativos, mejorar la transparencia y fomentar una competencia más saludable entre los diferentes actores del mercado. “Cuando las plataformas pueden comunicarse entre sí, todos ganan: los usuarios tienen más opciones, las empresas pueden innovar con mayor rapidez y el país avanza hacia una verdadera inclusión financiera”, agrega Batle.

En esa línea, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) anunció el desarrollo de una plataforma pública de pagos digitales, cuyo lanzamiento está previsto para finales de 2026. Inspirada en el exitoso modelo UPI de la India, esta iniciativa busca conectar bancos, fintechs y emisores de billeteras en un entorno interoperable, seguro y regulado, permitiendo pagos instantáneos y colaboraciones abiertas entre todos los actores del ecosistema.

“Esta infraestructura será clave para ampliar la competencia, facilitar la innovación y promover servicios financieros accesibles para millones de peruanos, especialmente la población no bancarizada”, señala la entidad.

A nivel regional, países como Brasil y México ya han implementado modelos exitosos de interoperabilidad a través de sistemas como PIX y CoDi, que permiten transferencias inmediatas entre distintos bancos y billeteras. En el caso peruano, aún existen limitaciones técnicas y regulatorias que frenan su implementación a gran escala.

“El reto para el Perú es avanzar hacia una infraestructura común que conecte a todos los actores del sistema financiero, tanto tradicionales como digitales”, señala Batle. “Eso implica colaboración entre bancos, fintechs y el Estado, con reglas claras y marcos regulatorios modernos que impulsen la innovación sin poner en riesgo la seguridad del sistema”.

Además de facilitar las transferencias y pagos digitales, la interoperabilidad puede potenciar otros servicios como los microcréditos digitales, las remesas internacionales o el comercio electrónico, permitiendo una experiencia más integrada y eficiente para los usuarios.

“La interoperabilidad no solo es una mejora tecnológica: es una transformación estructural del sistema financiero”, enfatiza Batle. “El desafío es grande, pero también la oportunidad de construir un ecosistema más competitivo, accesible e inclusivo para todos los peruanos”.

Por admin

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