El número de niños obligados a huir de sus hogares en Haití se ha duplicado en tan solo un año, alcanzando los 680.000 menores desplazados a causa de la violencia ejercida por las pandillas que dominan gran parte de Puerto Príncipe y otras zonas del país, denunció este miércoles (08.10.2025) el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

“El nivel de inseguridad sin precedentes ha provocado el desplazamiento de más de 680.000 niños, algunos de ellos en múltiples ocasiones”, señala el informe. En total, más de 3,3 millones de niños necesitan ayuda humanitaria, un aumento respecto a los tres millones registrados el año pasado.

Infancias bajo asedio

En su informe, Unicef describe la “lucha diaria por la supervivencia” que viven los menores haitianos. La violencia sexual, los asesinatos y el reclutamiento forzoso se han vuelto parte del panorama cotidiano.

Ania —nombre ficticio de una niña de 15 años— fue violada cuando salió a buscar agua. “Han pasado muchas cosas en mi vida. Si no fuera valiente, no estaría aquí”, relata. Su historia, advierte la agencia, no es una excepción. “En Haití, los niños no son víctimas colaterales: son objetivos directos de las bandas”, subraya el documento.

Roberto Benes, director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, advirtió que “Haití está al borde del colapso” y pidió no permitir que esta generación sea olvidada: “El riesgo es que otras crisis del mundo invisibilicen lo que ocurre en este país”.

Violencia sin precedentes

Según datos de Naciones Unidas, solo en 2024 se registraron 2.269 violaciones graves de derechos humanos contra 1.373 niños. Entre ellos, 213 fueron asesinados, 138 resultaron heridos, 566 sufrieron violencia sexual —incluidas 406 violaciones y 160 violaciones colectivas—, y 302 fueron reclutados por las pandillas.

Unicef estima que 2,7 millones de personas, entre ellas 1,6 millones de mujeres y niños, viven actualmente en zonas controladas por grupos armados.

Desplazamientos y condiciones extremas

Los menores desplazados suelen refugiarse en escuelas abandonadas, edificios destruidos o campamentos improvisados, sin acceso a agua potable ni saneamiento, lo que agrava el riesgo de enfermedades como el cólera.

“Si no se restablecen urgentemente los servicios de protección, toda una generación corre el riesgo de crecer expuesta a la violencia y la explotación”, advierte el organismo.

Además, un millón de niños padece inseguridad alimentaria severa, mientras el colapso del sistema educativo agrava la crisis: al menos uno de cada cuatro niños ya no asiste a la escuela, lo que los expone aún más al reclutamiento forzoso. “Niños de apenas diez años son obligados a portar armas, hacer guardia o realizar tareas peligrosas”, denuncia el informe.

Una generación en riesgo

“Para los niños de Haití, esta acumulación de crisis significa una lucha diaria por sobrevivir, escuelas cerradas, hospitales desbordados e infancias truncadas por la violencia, la explotación y el hambre”, resume Unicef.

Blandine, madre de dos hijos, comparte su esperanza: “Lo que deseo para los niños de Haití, no solo para los míos, es que puedan terminar sus estudios, aprender un oficio y tener un futuro”.

A finales de septiembre, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la ampliación de la misión multinacional de apoyo a la policía haitiana, en un intento por frenar la espiral de violencia que mantiene al país al borde del colapso humanitario.

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