El presidente de EE. UU., Donald Trump, participará este martes 30 de septiembre en una reunión con cientos de generales y almirantes en la base de Quantico, Virginia. El encuentro, convocado por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, busca reforzar la “ética guerrera” en las Fuerzas Armadas, aunque la presencia del mandatario amenaza con politizar la cita.

Trump aseguró que quiere transmitir apoyo y fortaleza a los mandos militares, pese a que su asistencia no estaba prevista inicialmente. El costo millonario del evento ya ha generado críticas en tiempos en que las videoconferencias son norma.

Hegseth, veterano de guerra, ha hecho del “espíritu del guerrero” la base de su gestión. Desde que asumió, ha impulsado una agenda alineada con la Casa Blanca, destituyendo altos mandos y eliminando programas de diversidad que considera “discriminatorios”.

La magnitud del acto y la participación de Trump, que en junio ya pronunció un discurso de tono electoral frente a tropas en Fort Bragg, despiertan temores de que se convierta en un escenario político.

La reunión se produce, además, en medio de tensiones internas —por el despliegue de tropas en ciudades como Washington y Portland— y externas, con operaciones militares de EE. UU. en el Caribe y amenazas de acción directa contra el régimen de Nicolás Maduro, acusado por Washington de narcotráfico. Caracas rechaza las acusaciones y denuncia una estrategia de presión para forzar un cambio de poder.

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