El gobierno británico anunció una profunda reforma del sistema de asilo que reducirá garantías y pondrá fin a beneficios automáticos para refugiados, siguiendo el modelo restrictivo de Dinamarca. Las medidas fueron presentadas por la ministra del Interior, Shabana Mahmood, mientras el primer ministro Keir Starmer enfrenta presión del partido antiinmigración Reform UK.
Mahmood prometió “acabar con el boleto dorado” para los solicitantes de asilo. No obstante, el Consejo de Refugiados advirtió que las nuevas reglas no detendrán las llegadas y pidió su revisión.
Estatus reducido y repatriaciones más rápidas
El estatus de refugiado, que hoy dura cinco años, pasará a 30 meses renovables, con revisiones periódicas y posibilidad de repatriación cuando el país de origen se considere seguro. Además, quienes obtengan protección deberán esperar 20 años —y no cinco— antes de solicitar residencia a largo plazo.
Fin de beneficios garantizados
La reforma eliminará la obligación estatal de proveer vivienda y apoyo económico a solicitantes de asilo. Esa ayuda será ahora discrecional y podrá negarse a personas aptas para trabajar, a quienes cometan delitos o a casos considerados de bajo riesgo.
Las solicitudes de asilo alcanzaron un récord de 111.000 en el año hasta junio de 2025.
Inspiración danesa
El Reino Unido emula el sistema de Dinamarca, donde los permisos son temporales, la reunificación familiar está restringida y las autoridades pueden incluso confiscar bienes de solicitantes. Según Londres, estas políticas redujeron las solicitudes danesas a mínimos de 40 años.
Mahmood también endurecerá las normas de reunificación familiar. El ala izquierda laborista y organizaciones de derechos humanos anticipan una fuerte oposición a la reforma.