La activación de la operación ‘Lanza del Sur’, anunciada por el secretario de Defensa Pete Hegseth, coincide con la inminente llegada del portaaviones USS Gerald R. Ford a aguas cercanas a Venezuela. Aunque presentada como una ofensiva contra “narcoterroristas”, la iniciativa forma parte de un despliegue militar que viene escalando desde inicios de año.
1. Una operación con antecedentes
La Cuarta Flota anticipó en enero el inicio de ‘Lanza del Sur’ dentro del Comando Sur (Southcom), que abarca más de 30 países del Caribe y América Latina. Su objetivo: reforzar vigilancia marítima con el Sistema de Alerta de Reconocimiento (RAS) y ampliar la capacidad de detectar actividades ilícitas en zonas estratégicas.
Con el tiempo, el operativo se ha endurecido. Washington lo vincula a su renovada lucha antinarcóticos y a las acusaciones contra el gobierno de Nicolás Maduro, al que señala por nexos con el “Cartel de los Soles”, una versión rechazada por Caracas.
En los últimos meses, EE. UU. ha lanzado al menos 20 ataques contra supuestas narcolanchas en el Caribe y el Pacífico, dejando 79 muertos, según Reuters. El Pentágono además creó una nueva fuerza de tarea conjunta contra el narcotráfico para operar en Southcom.
El despliegue incluye buques de guerra, cazas F-35 y aeronaves de reconocimiento, reforzando la presión sobre Maduro, considerado por Washington un “líder ilegítimo”.
2. ¿Qué implica ‘Lanza del Sur’?
La operación integrará buques robóticos de larga duración, lanchas interceptoras y aeronaves no tripuladas, que operarán junto a la Guardia Costera. Estos sistemas alimentarán de inteligencia a la Cuarta Flota y a la Fuerza de Tarea Interinstitucional Sur, en la lucha contra el narcotráfico.
La Flota describe el operativo como un paso clave hacia una “campaña híbrida”, basada en la combinación de medios tripulados y no tripulados para mejorar la supervisión del dominio marítimo.
3. El papel de los aliados regionales
EE. UU. asegura que la operación depende también de la cooperación de socios en el Caribe. Sin embargo, Venezuela y Colombia rechazan tajantemente el despliegue, y Panamá ha informado que no apoyará acciones hostiles.
Trinidad y Tobago, en cambio, respalda la presencia estadounidense, pese a que pescadores de ese país han muerto en ataques recientes. En Puerto Rico, Washington ha desplegado diez F-35 para operaciones antidroga.
4. El USS Gerald R. Ford se acerca a Venezuela
El portaaviones más poderoso del mundo ingresó al área de responsabilidad del Southcom el 11 de noviembre y se espera que llegue cerca de Venezuela en los próximos días, según AP. Su presencia constituye la mayor demostración de fuerza de EE. UU. en la región en décadas.
Analistas coinciden en que es improbable un ataque directo desde el portaaviones, pero su sola presencia envía un mensaje claro. “Todos observan hasta dónde está dispuesto Estados Unidos a usar la fuerza militar”, señaló Elizabeth Dickinson, del International Crisis Group.
El despliegue se suma a entrenamientos de bombarderos cerca de la costa venezolana, operaciones públicas de la CIA dentro del país —según reveló la administración Trump— y ataques contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico.
5. ¿Presión militar sobre Caracas?
Aunque Trump ha oscilado entre amenazas de intervención y llamados a la prudencia, varios expertos sostienen que el verdadero objetivo es forzar un cambio político en Venezuela. “Un portaaviones no sirve para combatir el narcotráfico. Es un mensaje directo a Caracas”, dijo Bryan Clark, analista del Hudson Institute.
Clark aseguró que el Gobierno “está dispuesto a usar la fuerza militar” si Maduro no renuncia en el corto plazo.
Caracas, por su parte, anunció una movilización masiva de tropas y civiles. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, afirmó que se activarán recursos terrestres, navales, aéreos y de misiles durante un operativo de dos días.
Rusia, aliado de Maduro, advirtió este viernes que espera que Washington no tome acciones que desestabilicen el Caribe.
Con Reuters, AP y medios locales