El ataque de Israel contra Irán ha intensificado la tensión geopolítica en Medio Oriente y desatado una reacción inmediata en los mercados financieros globales. Mientras las bolsas retroceden ante el aumento de la incertidumbre, los precios del petróleo y del oro se disparan, reflejando una marcada aversión al riesgo por parte de los inversores.
El crudo Brent y el WTI, principales referencias internacionales, registraron un alza de hasta el 14 % durante la sesión asiática de este viernes, encaminándose a su mayor subida diaria desde 2022, cuando comenzó la invasión rusa a Ucrania. Actualmente, el barril se cotiza ampliamente por encima de los 70 dólares.
La razón principal: Irán es uno de los mayores productores de petróleo del mundo y una interrupción en su capacidad de producción implicaría una oferta más restringida en un contexto de demanda global sostenida.
“Estamos viendo una fuerte aversión al riesgo. Los inversores están saliendo de las acciones y refugiándose en el oro”, explicó Jochen Stanzl, analista jefe de mercados de CMC Markets.
Mercados reaccionan con cautela
Aunque aún no se conocen todos los detalles de los objetivos alcanzados en Irán, el impacto inmediato en los mercados ha sido claro. “Los mercados de riesgo no están dispuestos a esperar para conocer el desenlace”, señaló Tony Sycamore, analista de la firma IG en Sídney.
La creciente incertidumbre ha alimentado una oleada de compras de activos considerados refugio, como el oro, el dólar estadounidense y el franco suizo. Este comportamiento es típico en momentos de alta tensión geopolítica, especialmente cuando se combinan con políticas económicas impredecibles, como las impulsadas por el presidente Donald Trump.
El oro alcanza máximos de dos meses
El precio del oro superó este viernes los 3.400 dólares por onza, su nivel más alto en casi dos meses, y se acerca nuevamente a su máximo histórico cercano a los 3.500 dólares. En entornos de volatilidad y tipos de interés bajos, el oro suele atraer una demanda significativa como reserva de valor.
El comportamiento de los mercados refleja una creciente preocupación por una posible escalada en la región que no solo afectaría la estabilidad política, sino también el suministro energético global.
(Con información de Reuters y AP)