Abrimos la Revista de Prensa con una exclusiva publicada por The Wall Street Journal, que asegura que el Gobierno de Donald Trump habría autorizado el envío de información de inteligencia a Ucrania con el fin de facilitar ataques en territorio ruso.
Según el medio, se trata de datos estratégicos que permitirían a las Fuerzas Armadas ucranianas dirigir misiles de largo alcance contra infraestructuras energéticas críticas en el interior de Rusia. De confirmarse, esta decisión representaría un giro significativo en la política de la Casa Blanca, que hasta ahora había mostrado reticencias a apoyar operaciones ucranianas más allá de sus fronteras reconocidas.
El aparente cambio en la postura estadounidense tendría profundas implicaciones en la guerra, ya que abriría la puerta a que Kiev golpee objetivos sensibles en Rusia con mayor precisión, incrementando la presión militar y económica sobre Moscú. Analistas citados por el diario sostienen que esta medida podría aumentar las tensiones con el Kremlin y provocar una escalada en el conflicto.
Hasta el momento, ni la Casa Blanca ni el Pentágono han comentado públicamente la información revelada por WSJ. Sin embargo, fuentes cercanas a la administración señalaron que la medida responde a la creciente cooperación militar entre Rusia e Irán, así como al despliegue de nuevas ofensivas rusas en el este de Ucrania.