“Esto ocurrió a pocos pasos de la Casa Blanca. No se tolerará”, advirtió el secretario de Guerra, Pete Hegseth, al confirmar el refuerzo de la seguridad.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, solicitó al secretario de Guerra, Pete Hegseth, el envío de 500 miembros adicionales de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad en Washington, luego del ataque perpetrado el miércoles 26 de noviembre contra dos integrantes de ese cuerpo, quienes permanecen en estado crítico.
“El presidente Trump me ha pedido, y yo solicitaré al secretario del Ejército de la Guardia Nacional, que sumemos 500 guardias nacionales en Washington D. C. Esto fortalecerá nuestra determinación de garantizar que la ciudad sea un lugar seguro y hermoso”, declaró Hegseth a la prensa en Santo Domingo, tras reunirse con el presidente dominicano, Luis Abinader.
Hegseth calificó como “histórico” el incremento de las medidas de seguridad en la capital estadounidense y aseguró que el Gobierno no se dejará intimidar. “Si los criminales quieren cometer actos violentos como este, contra lo mejor de Estados Unidos, jamás cederemos”, afirmó.
El secretario enfatizó que el ataque, ocurrido a pocos metros de la Casa Blanca, “solo refuerza nuestra determinación. Protegeremos nuestra capital, protegeremos nuestras ciudades. No se tolerará”.
Las autoridades rectificaron más tarde que los dos miembros de la Guardia Nacional atacados no han fallecido, como se informó inicialmente. Ambos permanecen hospitalizados en estado crítico. El atacante también resultó herido, fue detenido y trasladado a un hospital.
“El presidente Trump jamás cederá. Por eso el pueblo estadounidense lo eligió. Estados Unidos y nuestros guerreros, nuestra Guardia Nacional, son fuertes. Seguimos el caso muy de cerca. Pido oraciones por nuestra Guardia Nacional”, añadió Hegseth.
Durante su visita a Santo Domingo, el secretario de Guerra anunció además que Estados Unidos utilizará áreas de dos aeropuertos próximos a la capital dominicana para el transporte de equipos y personal técnico en el marco de su estrategia contra el narcotráfico en el Caribe. El Gobierno estadounidense mantiene un operativo regional que ya ha incluido la destrucción de varias embarcaciones que, según sus autoridades, transportaban droga desde Sudamérica hacia Estados Unidos.